10.2.11

INTRODUCCIÓN

Dejé Argentina cuando tenía veinte años de edad. Londres, donde estudiaba Economía, aún se estaba recuperando de la guerra y las librerías de usados eran muy comunes. Por razones que no podría explicar, ese tipo de comercio siempre me ha resultado irresistible- especialmente los que casi no se diferenciaban de una feria de caridad. Los libros nunca estaban clasificados ni tenían puesto el precio. Por lo general se apilaban en altas parvas polvorientas propensas a caerse si, con descuidada curiosidad, se exploraban aquellos que se hallaban en la base.

Los precios los establecía el dueño, que normalmente no tenía interés en los libros en sí mismos, pero que los tasaba conforme a los presuntos medios económicos del comprador y al interés que éste manifestaba por el libro. Siendo yo un estudiante que se cuidaba de no mostrar ningún interés, pude hacerme de muchas gangas.

Mi primer adquisición valiosa fue una primera edición de The Trial of Lieutenant General Whitelocke (El juicio al Teniente General Whitelocke), 1809, que detalla la corte marcial al General que fracasó en su intento de  apoderarse Buenos Aires (no fue el último en descubrir lo insensatos que pueden ser los ataques dudosos a ciudades en las que existe resuelta oposición popular). Pude comprar ese libro por un chelín.

Con el correr de los años tuve la posibilidad de adquirir muchos otros fascinantes libros caídos en el olvido, en los que autores británicos escribían sobre los comienzos de la Argentina. Algunos de los que compré fueron: el libro de Musters sobre el año que pasó viajando con los indios patagónicos, el espléndido relato de Lucas Bridges sobre cómo su familia pobló Ushuaia (autografiado), los relatos de los hermanos Robertson acerca de su vida y la gente que conocieron el periodo inmediato posterior a la independencia, y el relato de Miller sobre sus sorprendentes hazañas en las guerras de la independencia que lo llevaron a él, un General a los veintiocho años, a estar al frente de “la mejor caballería del mundo” en una última y salvaje arremetida en la Batalla de Ayacucho, que puso fin al control de España en el continente.

Muchos de los relatos sobre personajes públicos que hicieron estos autores -que los conocieron a todos ellos personalmente- y también sus descripciones de la vida social de la época, arrojan una fascinante luz sobre un pasado del cual muy pocos podrían haber estado al tanto. Las observaciones y los contactos políticos de los Robertson son tan impresionantes como ellos perspicaces, y retratan con encanto tanto su placer en las tertulias como la belleza y vivacidad de las damas que frecuentan.

Como economista que ha empleado su vida buscando colaborar con el proceso de desarrollo social y económico de los países emergentes, encuentro que las extraordinarias historias humanas que surgen de estos libros tienen la utilidad de enfatizar la importancia de la cultura y la iniciativa individual en la formación del futuro de las sociedades, y de resaltar que el progreso económico no fue sólo cuestión de esfuerzo económico.

A consecuencia de mi edad el pasado ha cobrado para mí mayor interés que el futuro, y por eso se me ocurrió que podría compartir con un público más amplio el contenido de estos libros que es tan difícil obtener –e incluso a veces  imposible. Es lo que intento hacer con esta publicación.

Mi decisión se consolidó cuando me encontré con el enorme esfuerzo de investigación realizado por el historiador argentino recientemente fallecido Emilio Fernández Gómez en su epopeya de cuatro tomos La Gesta Británica en la República Argentina. Ésta es una extraordinaria recopilación de información acerca de cómo el pueblo británico ha contribuido con el desarrollo de Argentina. Fernández Gómez hurgó en añares de informes de periódicos locales del siglo XIX para  crear el que sería por muchos años el libro de referencia de mayor autoridad en el tema.

Allí enumera los comerciantes que contribuyeron con la primera Biblioteca Nacional, los que aportaron a los fondos para los heridos en las guerras por la independencia, los muchos marinos británicos que lucharon y que murieron luchando por Argentina; rastrea los británicos que pelearon con San Martín, los ganaderos que introdujeron nuevas razas de vacas, ovejas y caballos de carrera, y por supuesto, los que trajeron el fútbol a Argentina. Fue una gran sorpresa el enterarme por su obra que el Club Atlético de Lomas, donde pasé gran parte de mi juventud, ganó el primer torneo argentino de fútbol en 1893, título que defendió y mantuvo durante seis años.

Fernández Gómez asegura que él es el primer historiador en escribir acerca del alcance del impacto de los británicos en Argentina. No estoy en condiciones de poder juzgar su aserción, pero en lo que respecta la amplitud de su cobertura sin duda tiene razón. Es escandalosamente anglófilo, una postura bastante impopular, aunque un cambio bienvenido para un historiador.

Sin embargo, lo que me sorprendió sobremanera fue su asombro ante la enorme contribución que Gran Bretaña había hecho para que Argentina se estableciera como uno de los mayores países cuya economía se basaba en el comercio exterior en los comienzos del siglo XX. De alguna manera yo suponía que esto era obvio. Fernández Gómez se ha aprestado a intentar remediar esta situación con un entusiasmo tremendo y una investigación impresionante. Que descanse en paz.

Entonces, mi libro pretende ser un modesto aporte para recordarnos la gran cantidad de gente de Gran Bretaña que contribuyó al desarrollo de Argentina. Me gustaría señalar que en ocasiones he extendido el uso del término “pionero” en este libro. En particular, con prerrogativa de autor, he incluido a un personaje extraordinario, John Miller, cuyos logros fueron tantos que no me pude resistir a relatar sus hazañas con San Martín, aunque todas, en realidad, tuvieron lugar en países limítrofes.

Para los interesados en leer más sobre el impacto que muchos británicos hicieron en la vida temprana de la República me gustaría sugerir algunos libros que bien vale la pena leer. Si bien algunos no están disponibles en el mercado deberían poder encontrarse en bibliotecas.

 
The Forgotten Colony (La colonia olvidada) de Andrew Graham-Yooll, 1981, es una excelente introducción a la participación británica en Argentina.

  






Far Away and Long Ago (Allá lejos y hace tiempo) de W. H. Hudson, 1918, fue escrito en unas semanas en Cornwall, cuando él tenía setenta y ocho años. Narra su vida temprana en Argentina, y es consi-derada por muchos críticos como una de las más geniales autobio-grafías en lengua inglesa, que cuenta con las más exquisitas descripciones de la vida en las Pampas en el siglo XIX.



Su otro libro Idle Days in Patagonia (Días de ocio en la Patagonia), 1893, es un relato bellamente lánguido sobre un año en que vivió en el norte de la Patagonia.




 Otro gran clásico es Uttermost Part of the Earth (El último confín de la Tierra) de Lucas Bridges, 1948, que relata cómo su padre y su familia instauraron la cría de ovejas en las zonas más frías y ventosas del sur de la Patagonia. Además de ser una historia por demás extraña acerca de cómo se constituyó una empresa ganadera exitosa, la entrañable relación del autor con la actualmente desaparecida tribu de los onas, que trabajaba en su estancia y en los alrededores, la convierten en una magnífica obra de antropología social.

Cualquier interesado en seguir conociendo vida de John Miller (“el hombre más asombroso de toda la lucha por la independencia” según un historiador estadounidense) debería leer el relato que realiza Thomas Hudson de este personaje en The Honourable Warrior (El honorable guerrero), 2001.
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Es sorprendente la poca cantidad que existe de historias de vivencias personales publicadas por primeros pobladores, pero las memorias de Jane Robson que ha editado recientemente Iain Stewart con el título From Caledonia to the Pampas (De Caledonia a las Pampas) es un raro y conmovedor relato personal sobre su vida y la de su familia, que llegó en el SS Symmetry en 1828. Es una historia de coraje descomunal e impresionante resolución que culmina exitosamente en Chascomús, donde su legado fue un salón comunal y una gran tumba, cerca de la iglesia escocesa que ella construyó junto a sus compatriotas escoceses.

Existen probablemente aún muchas historias de vida de pioneros en Argentina que languidecen en desvanes o en olvidadas estanterías y me gustaría creer que cualquiera que lea estos relatos y que posea otros de este tipo se va a asegurar de que lleguen al público.

Lamentablemente la mayoría de los libros que he usado como referencia son sumamente  raros y costosos, y por lo tanto, difíciles de obtener. Me gustaría creer que en algún lugar de Buenos Aires alguien podría establecer un archivo para los registros de las vidas de nuestros ancestros, que contribuyeron tanto al desarrollo de la Argentina moderna.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, cómo está? necesito contactarme con usted acerca de la familia Robson y su descendencia. Mi mail es diego_riccitelli86@hotmail.com

Muchas gracias!!!

Anónimo dijo...

NECESITO COMUNICARME CON EL SR.BRIDGER GORDON, SOY TATARANIETA DE RUFINA KIDD, SOBREVIVIENTE DEL SYMMETYC. stabence@gmail.com

Silvana Prino dijo...

Buenas tardes Sr. Bridger!
Soy una presbiteriana, ex miembro de la City Church, actual miembro de la de Quilmes. El legado de un elder (Mr. William Grant) es el de terminar de organizar el Museo Presbiteriano San Andrés (MUPSA), que funciona en las instalaciones de la arriba mencionada... suelen comunicar las distintas actividades culturales a través de la página de facebook: https://www.facebook.com/espacioculturalsanandres, la presencia del museo no se limita a los histórico si no que también es un espacio abierto a otras actividades culturales...

Como museo el MUPSA participa en la Noche de los Museos organizado por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Estoy segura que si tuviera alguna o consulta, Ud. podría comunicarse con las oficinas administrativas de la iglesia, la iglesia conserva muchos de los registros pertinentes de la colectividad escocesa -partidas de nacimiento, actas de casamiento, partidas de defunción-, el teléfono es 54-11-4331-0308.

Respecto a la dificultad para conseguir los libros que menciona en su blog, me tomo el atrevimiento de sugerirle que visite el sitio de compras de libros de la Librería Yenny - El Ateneo, a través de ese sitio compré hace varios años Argentina, Gesta Británica y con un poco de pataleo los logré conseguir...

Por default probablemente aparezca mi dirección de email de gmail, la cual casi nunca abro, por lo tanto le sugiero si tuviera alguna duda o necesidad de comunicarse lo haga a la siguiente dirección: silvana_prino@yahoo.com.ar. Quedo a su disposición para cualquier duda que Ud. tenga relacionada a lo escocés o presbiteriano, disculpe que no sea lo británico, ;)

Saludos desde el sur del Gran Buenos Aires,

Silvana Prino